Aline es la madre de Skye y Lucky. Tratados como miembros de la familia, los bebés son opuestos. Mientras Skye es una playa de aguas cristalinas, mar calmo y pocas olas, el huracán Lucky es un verdadero tsunami, le encanta jugar, correr y molestar a la hermana.

En compensación, es un pozo de mimos y lambesos, además de ser apasionado por abrazos.

Nuestra rutina en el apartamento es de divertirse mucho, correr y jugar a las escondidas. Al mismo tiempo, ninguno de nosotros dispensa dormir un rato en el sofá.

Los bebés de Aline son muy amados y dejan sus días significativamente felices. 

A cada vuelta para casa, Skye nos recibe con mordiditas en los talones y Lucky, con un juguete en la boca, moviendo la cola. Eso cuando no trae el paquete de comida, diciendo con la mirada: “¡tengo hambre, mamá!”.