
Claudia podría quedarse horas contando sobre las diversas experiencias que tuvo con su compañera Marbel, pero faltarían líneas. La historia preferida de las dos juntas es la que viven todos los días.
Cada llegada en casa es con la misma recepción: muchos maullidos en la puerta y un desperezarse lindo ofreciendo lo que ella tiene de más valioso: la barriga. Y Claudia, como buena conocedora de gatos, sabe que una barriga para hacer cariño no siempre tenemos a disposición. Por eso, ella aprovecha cada segundo de aquella pancita.
El universo de los gatos es muy complejo. Quienes no conviven con felinos cree que ellos no muestran muchas señales de afecto. Pero nosotros conocemos el poder de un “ronrón”. Y, claro, un simple intercambio de miradas silenciosas o incluso un suave amasado, solo los que tienen gatos lo saben.
Marbel llegó a la vida de Claudia en un momento conturbado. Llegó para traerle de vuelta la alegría, ayudándola a superar las dificultades de una manera muy simple.
Marbel completa y acoge a Claudia. Y ella solo puede agradecerle.